jueves, 8 de diciembre de 2011

La voz y la música, herramientas maestras



Ver Victor Victoria es deleitar los oídos con jazz compuesto por un estadounidense reconocido cuya trayectoria ha quedado marcada por sus participaciones destacadas. Henry Mancini y su banda sonora, premiadas con un Oscar, fueron un elemento esencial en el desarrollo de todas las escenas.

La pieza que Edwards presenta con Victor Victoria cuenta una historia que sin la música sería imposible encaminar. La comedia musical obtuvo un ritmo adaptado perfectamente a cada uno de los sucesos que ocurrieron en las aventuras de Victoria Grant. A diferencia de un género musical, la película incluía la participación plena de la banda sonora en números representados en escenarios que permitían que el sonido, el uso de los instrumentos y la exaltación del jazz se uniera perfectamente con toda una presentación escénica combinada con bailarines y que junto con el letrista Leslie Bricusse y la voz incomparable de Victoria Grant daban aliento a la presentación. Esa combinación musical y escénica adquirían un valor increíble en el filme, la máxima expresión reflejada en los gestos de los artistas y en el sonido abarcador de la banda.


El público se cautiva desde la primera escena cuando Victoria Grant, hambrienta, pasa por las calles de París después de un pequeño casting rechazado en uno de los restaurantes de la ciudad. La música la acompaña en su tristeza y su necesidad de crecer, de obtener comida o de tener un lugar donde dormir. Es gratificante la forma en la que momentos tan sencillos como esos hasta cuando el dueño del cuarto donde ella vivía quería aprovecharse de la situación son acompañados por la música y son perfectamente moldeados con el silencio merecido que atrapa al espectador en cada escena.


La audiencia no solo ve un musical, sino que forma parte de él. Se convierte en un espacio donde el público se sumerge en los diferentes sonidos de la banda sonora compuesta por Mancini, la música incidental.


Una escena que no se puede quedar atrás es cuando Victoria decide vencer su hambre visitando un restaurante lujoso para deleitarse con el mejor platillo. ¿La solución? Poner la cucaracha encontrada en su habitación para reclamar y poder irse sin pagar. En el momento que todo sucede y el escándalo surge con todos los clientes del restaurante se capta el movimiento descontrolado de cada uno de ellos, más no el ruido causado; hecho muy significativo porque el espectador omnisciente logra captar desde fuera del restaurante como Victoria y su nuevo conocido Toddy, logran salir victoriosos de esta hazaña.

Las canciones que Henry Mancini y Leslie Bricusse compusieron son:

  • Crazy World.
  • Chicago, Illinois.
  • You and Me.
  • Le Jazz Hot.

La combinación de la banda sonora a través de los bares y escenarios y la expresión que cada personaje tiene en su momento, son también parte del desarrollo del perfil de cada uno de ellos, transportando de manera sencilla al espectador.



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